23 July 2010

TALLER DE CORTE Y CORRECCIÓN CON OSWALSO REYNOSO


Un taller de Corrección y Estilo será dictado por el prestigioso escritor y profesor universitario Oswaldo Reynoso Díaz del 17 de agosto al 9 de setiembre próximo, durante 8 sesiones, los días martes y jueves de 8 a 10 PM.

La cita es en el Centro Cultural Juan Parra del Riego de Barranco, ubicada en la avenida Pedro de Osma 135, y está dirigida a escritores, comunicadores sociales y público en general deseoso de conocer los misterios del lenguaje escrito.
Este taller es organizado por la Editorial Pluma Maestra, la cual ha nacido con el fin de editar libros de ficción narrativa, poesía, ciencias de la comunicación y otras especialidades de las ciencias sociales.

La iniciativa surge de ocho jóvenes universitarios ansiosos de difundir el pensamiento y la creación tanto peruana como latinoamericana.

Las inscripciones para el taller de Corrección y Estilo que dictará Oswaldo Reynoso Díaz se realizan en el Centro Cultural e informes y reservas en los teléfonos 975193542, 996524792 o al 2478643 o bien por internet al correo talleresdecorreccion@gmail.com. El costo del taller es de S/. 250.00.

03 July 2010

AMORES BIZARROS (VERSIÓN 2.0)

Como un adelanto para nuestros lectores de la nueva aparición de la tercera edición del libro de cuentos Amores bizarros 2.0 (Editorial ARSAM, 2010), les dejo la portada del mismo y el prólogo que escribe Fernando Carrasco para esta nueva edición.

(Abajo, también, les dejo un link para leer 2 cuentos)



AMORES BIZARROS

By: Fernando Carrasco

La obra narrativa de muchos jóvenes escritores peruanos, que hicieron su aparición en la década del noventa, estuvo signada por la influencia de autores como Ray Loriga, Mañas, Easton Ellis y Charles Bukowski. Desde luego que de esa efervescencia de epígonos nada originales del malditismo extranjero han quedado algunos nombres mencionables como Malca, Bayli, Sergio Galarza y Manuel Rilo. La obra de estos jóveves autores daba cuenta del poco interés otorgado al trabajo estructural y lingüístico de los discursos diegéticos (cuentos, novelas) priorizando el plano de la historia en la que describen anécdotas donde el sexo, el alcohol, la homosexualidad y las drogas configuraban los ejes narrativos. No obstante, para suerte de nuestra literatura, esta tendencia narrativa ha sido efímera como se constata después de leer la obra inicial de jóvenes narradores como José de Piérola, “Sur y Norte” (2001); Marco García Falcón, “París personal” (2002); Sandro Bossio, “El llanto en las tinieblas” (2003); Elí Caruzo “El mejorero y otros cuentos” (2003), entre otros. Por su puesto que a esta lista de autores nuevos habría que añadir el nombre de Max Palacios con su libro de cuentos” Amores bizarros”.

“Amores bizarros” está conformado de nueve cuentos. Aunque los dos finales, apartados con el nombre de “otros cuentos”, muestran rasgos significativos, nuestra reseña está centrada en los siete cuentos iniciales ya que por su temática y tratamiento configuran un ciclo cuentístico inquietante. He aquí, entonces, el primer logro de este libro.

El título general cumple su papel de principal referente para acercarnos a las historias narrativas del libro. Efectivamente, las historias que nos presenta Palacios giran en torno al tema amoroso. Sus personajes se arriesgan al extremo por hallar el amor, se niegan a aceptar una separación amorosa, se desilusionan de sus amores, padecen o sufren por el amor del otro y hasta pierden la vida por el mismo. Los personajes son conciencias que problematizan sobre sí mismos. Este rasgo se alcanza a través del manejo efectivo de la focalización interna en los cuentos que nos permite sumergirnos en el inconsciente de los personajes e identificarnos, en algunos casos, con sus temores, obsesiones, complejos, etc. Los eventos o sucesos son siempre transcendentes, es decir, siempre ayudan a avanzar la intriga. Palacios se cuida de llenar las historias de detalles o descripciones sin importancia, logrando configurar historias breves y precisas con acierto, acercándose a los planteamientos de Juan Boch quien sostenía que el núcleo de la técnica del cuento está en “comenzar bien un cuento y llevarlo hacia su final sin una digresión, sin una debilidad, sin un desvío” y, ciertamente, Palacios sabe llegar al final de sus historias para luego rematar, muchas veces, con una solvencia nada común en un narrador joven. Un rasgo presente en todos los finales es que los personajes encuentran en la naturaleza (el viento, la lluvia) un elemento que los rescata de la soledad o la desesperación y los reinserta tiernamente a la vida. En el cuento “Amor nocturno” el personaje ha fracasado nuevamente en su intento de convencer a su amada – una prostituta – a que decida irse a vivir con él. La historia culmina: “A medida que avanzaba, el aire que refrescaba la medianoche le hizo sentir una ligera tranquilidad: lo consolaba la idea de que el próximo viernes ella aceptaría su propuesta” (pág. 26). Y en el cuento “Amor underground” su protagonista es un muchacho desempleado, violento y aficionado a la música punk quien recibe una llamada de su novia y se entera de que pronto será papá “Mientras iba hacia el paradero, sus ojos no se despegaron de las puntas de sus zapatos. Metió las manos a los bolsillos, levantó la cabeza y aspiró el aire del mediodía (pág. 33).

De otro lado, el plano del discurso también presenta algunos elementos relevantes. La mayoría de los cuentos muestran narradores tradicionales (heterodiegéticos) salvo el primero donde percibimos a un narrador – personaje (homodiegético). A pesar de la primacía de los narradores tradicionales, fácilmente el lector capta el mundo interno de los protagonistas ya que los relatos son descritos desde la perspectiva de éstos (focalización interna); en cuanto a la presentación o estructuración de los acontecimientos –fábula como prefería Aristóteles– cabe resaltar el cuento “Amor clandestino”. Este cuento toma forma a partir de dos historias narradas de manera paralela. Por un lado asistimos a la historia amorosa de Rodrigo, joven universitario provinciano, y Dunia, joven universitaria de padres burgueses que milita en un partido subversivo. La otra historia nos muestra a dos oficiales que al hacerle un favor al padre de Dunia, han terminado asesinando a Rodrigo. El cargo de conciencia de uno de ellos – el Bigotes– le confiere mayor dramatismo a esta otra historia, lo que culmina eclipsando el tema amoroso, en desmedro de la historia total. Otro cuento con una estructuración particular es “Amor mutilado”. Este cuento, formalmente el más logrado, presenta una estructura circular. La historia inicia cuando José Luis y Susana discuten en su última cita. Luego, a partir de una analepsis el lector se entera de la historia amorosa de ambos y de cómo ésta se fue viniendo cuesta abajo, hasta llegar al momento en que empezó el cuento con la discusión de los amantes y la separación definitiva.

En cuanto al uso del lenguaje narrativo resaltan las frases cortas y adjetivos precisos que denotan cierto rigor. Los diálogos se muestran ágiles y atinados; a veces, con visos de humor negro e ironía como en el cuento “Amor animal”.

Finalmente, podemos afirmar que todas las cualidades del libro se resumen en el cuento que da título al libro y que se constituye en el arte poética del joven narrador; es por ello que podemos decir que Amores bizarros, de Max Palacios, es un buen libro de cuentos que sitúa a su autor en las primeras filas de la novísima narrativa peruana.

PARA ACCEDER A 2 CUENTOS DE AMORES BIZARROS, CLICK AQUÍ

HENRY MILLER, 30 AÑOS DESPUÉS

HENRY MILLER, EL OBSCENO PROVOCADOR DE AMÉRICA

By: Max Palacios

Al evocar el nombre de Henry Miller en nuestra memoria literaria surgen, ligados a su nombre, términos como obscenidad, erotismo, desenfreno y escándalo. Sin embargo, estos posibles encasillamientos poco mérito hacen a la obra de este gran escritor norteamericano y no permiten apreciar el mundo de vitalidad, energía y desenfreno que el autor de los “Trópicos” abre ante los ojos del lector.

Henry Miller había nacido en la capital del mundo, Nueva York, un 26 de diciembre de 1891. Desde muy joven, conoció las calles y la inclemente vida urbana y, además, ejerció innumerables e inverosímiles trabajos. Durante un breve periodo de tiempo, asistió al City College de su ciudad natal, antes de marcharse a París, en 1930, huyendo de la Gran Depresión, que trajo abajo el sueño americano. En la Ciudad Luz, en la que residió durante diez años, llevó una vida bohemia, entregada al exceso y al desenfreno, la cual recreó en tres novelas eróticas de carácter autobiográfico, Trópico de Cáncer (1934), Primavera negra (1936) y Trópico de Capricornio (1939). Por aquellos años, data su extraño y retorcido romance con Anaïs Nin -quien prologó la primera edición de Trópico de cáncer-, y que fue llevado a la pantalla grande en la recordada película Henry y June, dirigida en 1990 por Philip Kaufman.

Posteriormente, viajó a Grecia, durante un año, invitado por el novelista y poeta británico Lawrence Durrel y a su regreso, en 1940, a los Estados Unidos se instaló en Big Sur, California, desde donde rememoró su estancia griega en El coloso de Marussi (1941) original guía de Grecia, presentada como el lugar donde es posible recuperar lo que de divino tiene el ser humano. Entre sus siguientes obras se cuentan La pesadilla del aire acondicionado (1945-1947); una trilogía, La crucifixión rosada, formada por Sexus (1949), Plexus (1953) y Nexus (1960); Big Sur y las naranjas del Bosco (1957); y el ensayo literario El mundo de D.H. Lawrence (1980).

Uno de los puntos centrales de la obra narrativa de Henry Miller es la sexualidad. Sin embargo, calificar al autor de Trópico de Cáncer de pornográfico es asumir una visión estrecha y reducida de su gran obra narrativa. El mismo escritor señala que más que pornografía lo que existe en su obra es obscenidad. La primera, aclara, tiene como intención “lograr la excitación sexual”, la última tiene por objetivo “provocar y despertarnos del profundo letargo en que estamos sumergidos” y comunicarnos una “sensación de realidad”.

En Miller, la obscenidad es un recurso utilizado por el escritor para provocar; y el sexo, un instrumento, que a manera de altavoz, llame la atención de nuestro pudoroso silencio. Esta actitud rebelde y provocadora no es algo gratuito sino que es la expresión de un profundo y marcado rechazo a todo el engranaje social que le tocó vivir en su tiempo, una protesta contra aquella Norteamérica grotesca y superficial: “…quería ver a América destruida, arrasada de arriba abajo. Quería verlo suceder por pura venganza, como expiación por los crímenes que cometían contra mí y contra otros como yo que nunca han sido capaces de alzar la voz y expresar su odio, su rebeldía, su legítima sed de sangre”, anota en una de sus novelas.

Esta rebeldía nace en Miller de su perfecto conocimiento del hombre y de la certera lucidez que surge al tomar conciencia de su inhumanidad: “Hoy me siento orgulloso al decir que soy inhumano, que no pertenezco a los hombres ni a los gobiernos, que no tengo nada que ver con credos ni principios (…) Codo a codo con la raza humana, corre otra raza de seres, los inhumanos, la raza de los artistas…” Y este estado de inhumanidad se logra en virtud de la soledad a la que está condenado el escritor. Una soledad que empuja a muchos de sus personajes a las calles, a buscar aquello para lo que estaba reservado, la literatura: “Las calles eran mi refugio. Y nadie puede entender el encanto de las calles hasta que no se ve obligado a refugiarse en ellas (…) Soy un hombre sin casa, sin amigo, sin esposa. Soy un monstruo que pertenece a una realidad que todavía no existe”.

La única posibilidad que se le ofreció a este gran amante de la vida, enamorado del placer, la única salida para aniquilar la soledad y la muerte fue la literatura: “Si algún hombre se atrevería alguna vez a expresar todo lo que lleva en el corazón, a consignar lo que es verdaderamente su experiencia, lo que es realmente su verdad, creo que entonces el mundo se haría añicos, que volaría en pedazos, y ningún dios, ningún accidente, ninguna voluntad podría volver a juntar los trozos”. Si logró o no Miller hacer estallar el universo todo, eso ya dependerá del fervor con que el lector enfrenta su obra, lo que sí podemos afirmar es que este escritor norteamericano es uno de los artífices de la gran conflagración contra el aniquilamiento, la alienación y la desrealización de la sociedad y desde su ausencia nos comunica la estruendosa carcajada con que asumió su partida definitiva, el 7 de junio de 1980 en Pacific Palisades (California). Parafraseando una sentencia que hizo Henry Miller sobre Arthur Rimbaud, otro maldito por excelencia, (“El futuro le pertenece al poeta”), “El porvenir le pertenece a Miller y a sus Trópicos”.

02 July 2010

EL DESCUBRIMIENTO DE UN MALDITO: HORACIO CASTELLANOS MOYA



Gracias a mi querido amigo Ángel Pardo he descubierto a un escritor marginal que me ha devuelto la fe en la literatura centroamericana: Horacio Castellanos Moya. La novela EL ASCO, cuya lectura adictiva me permitió acabarla en 2 horas, es una gran revelación para la literatura latinoamericana, dado que cualquier lector de nuestra periferia puede hacer suyas las críticas que hace a su país de origen: El Salvador, y trasladarlas a nuestra realidad.

Roberto Bolaño ha dicho de él:"un melancólico que escribe como si viviera en el fondo de alguno de los muchos volcanes de su país". Hay pocos ejemplares de sus novelas en las librerías limeñas, asi que tienen todo el fin de semana para descubrir a este gran escritor.